lunes, 28 de diciembre de 2009

Es una monada

En los dos o tres últimos años, los anuncios del Metro de Madrid están siendo una delicia. De los más bonitos que se ven por la tele. Y como los que viven fuera de esta nuestra Comunidad no tienen opción a verlos, os dejo el de Navidad. Qué cosa más tiernita, por favor. A por los clinex ya mismo.

Y también es una monada, aunque conociendo lo brutote que se me pone lo mismo lo de monada no le hace gracia, mi adorado Russell en su nueva peli de Robin Hood. Vale, más que monada es una pasada. Qué ojos, qué pose, que grito. Uf. Qué caloooooooor....



domingo, 13 de diciembre de 2009

Niebla, mazapanes, hogueras


Ayer, sábado por la mañana, decidimos levantarnos un poco antes y marchar a Polán para comprar mazapán. Bueno, mazapán y otras delicias típicas navideñas como los alfajores o el guirlache. Lo de ir hasta Polán es ya una tradición en vísperas de Navidad. Vamos a una fábrica llamada "Los Toledanos", a la misma entrada del pueblo llegando desde Toledo (que hemos dejado atrás a unos 14 kilómetros), fábrica que tiene mucha fama y suele haber bastante gente comprando. Además ponen una mesita cerca de la puerta con mantecados y bollitos y una botella de moscatel, para el que quiera servirse. Por si no quieres vino, hay una máquina de cafés y chocolate a 50 céntimos el vaso. Y así distraes la espera. Buenos precios y buenos productos, no podemos pedir más.

El viaje hasta Polán fué algo complicadillo, porque había una niebla espectacular. Más allá de 60 metros no se veía nada. Menos mal que la carretera es estupenda. Supimos que llegábamos a la ciudad imperial porque se abrió un jirón de niebla y vimos el cartel de "Bienvenidos a Toledo". La imagen de la maravillosa Puerta de Bisagra surgiendo entre las brumas blancas fué todo un regalo. Ese ambiente frío (porque hacía mucho frío), invernal y neblinoso le sienta a Toledo como un guante. Pero fué salir de la ciudad y subir hacia los cigarrales y el cielo empezó a abrirse, dejando al descubierto una mañana de cuento: azules intensos, sol, colores de invierno, una gozada.

Habíamos quedado en pasarnos un rato por Casasbuenas después de comprar. Mi querido Julio, como es habitual en estos casos, decidió el viernes por la tarde organizar comida en el pueblo. Y va y llama, todo ufano. Pero nosotros teníamos el cumple de mi amiga Inma por la tarde y además mi jefe de la Ocu se había sacado de la manga un estudio de última hora sobre servicios de reparaciones de urgencias que tenía que hacerse sábado por la tarde y domingo. Se que no le sentó muy bien que no nos quedáramos a comer, pero.... qué le vamos a hacer.

Eso sí, el rato que estuvimos fué estupendo. Cuando llegamos ya habían encendido la chimenea en la cocina y había que llevar leña y maderitas para que el fuego no se extinguiese. Dana había amontonado las hojas del patio en un montón y decidió que sería buena idea quemarlas, pero estaban muy húmedas de la helada nocturna. Pensamos ir quemándolas a poquitos, a base de brasas y dando aire al asunto. Fué una juerga. Cada vez que brotaban llamas, aplaudíamos como locos. Julio y Tomás encontraron un tronco hermosísimo que se dispusieron a partir para la chimenea, pero estaba helado, el jodío, y para colmo el hacha con la que contaban era pequeña y cortaba mal. "¡Viva el gas natural!", resoplaba el Tomi entre hachazo y hachazo, mientras sujetaba el tronco con un pié.

Cuando le tocó el turno a Julio, lo sujetaba con la mano. "No pongas la mano ahí, tío" - sentenciaba el Tomi - "Que si te cortas un pié puedes seguir trabajando, pero si es la mano te tienen que poner una cosa para el teclado". Nosotros nos volvimos para casa a eso de las dos y cuarto y aún no habían aparecido Mila y Fernando, asi que no los vi. Y los que se quedaban tenían ya un hambre de preocupar.

Me dió pena venirme, porque hacía un día precioso, la compañía era la mejor y disfruto enormemente estando en el pueblo. Espero que haya pronto otra oportunidad. A la vuelta, llegando a Toledo, de nuevo reinaba la niebla, que no se disipó hasta poco antes de llegar a casa. Lo cierto es que me lo pasé muy bien. Tareas rurales, decía Cris. "Y por llevar a hacer esto a los niños, en el cole te cobran 15 euros" decía Julio contamplando a mi niña que abanicaba con arte la hoguera para que prendiese. Hemos tenido que echar toda la ropa a lavar. Traíamos un pestazo a humo.....